
¿Alguna vez te han dicho algo que se te quedó grabado para siempre?
Una frase que, aunque pasaron los años, aún resuena dentro de ti…
Las palabras tienen una fuerza inmensa. Pueden ser bálsamo o pueden ser cuchillo. Y muchas veces, usamos ese poder sin ser conscientes de lo que estamos haciendo.
Vivimos en una sociedad donde hablar es fácil. Opinamos sin que nos lo pidan, hacemos bromas que creemos inocentes, damos consejos sin conocer la historia completa del otro. Pero… ¿nos damos cuenta del impacto que pueden tener nuestras palabras en el corazón de otra persona?
Te pongo algunos ejemplos reales:
- Vas al médico, preocupada, vulnerable… y te suelta sin filtro: “Estás gorda, tienes que bajar ya de peso”. ¿Y la empatía? ¿Y el cómo se dice lo que se dice?
- A una pareja le preguntan con una sonrisa: “¿Y los niños para cuándo?” sin saber que llevan años intentándolo, o que ya han perdido uno.
- A un adolescente le preguntan si ya tiene novia. Pero él aún no se atreve a decir que le gustan los chicos. Y ese comentario, aunque parezca pequeño, lo encoge por dentro.
Y luego estamos nosotras mismas.
¿Cuántas veces nos hablamos mal?
Nos decimos cosas como:
- “Yo nunca voy a poder lograr eso”
- “No valgo lo suficiente”
- “A mí esas cosas no me pasan”
- “Siempre me sale todo mal”
Y lo peor… es que el cerebro se lo cree todo. No entiende de ironías ni de bromas. Lo que repetimos, lo convierte en verdad.
Entonces, imagina lo que cambiaría si en vez de decir “Yo eso no puedo hacerlo”, dijéramos:
👉 “¿Qué necesito aprender para lograrlo?”
👉 “¿Quién me puede ayudar con esto?”
👉 “¿Qué pequeño paso puedo dar hoy para acercarme a eso que deseo?”
Las palabras crean realidad.
Por eso te invito a hablar con más conciencia, contigo y con los demás.
Y si lo que vas a decir no es beneficioso, ni amable, ni necesario… quizá sea mejor callar.
Porque sí, podemos destruir sin darnos cuenta.
Pero también podemos sanar, levantar, inspirar y transformar…
con una sola frase.
Hoy te propongo un reto:
🌱 Cuida lo que te dices.
🌱 Observa lo que le dices a los demás.
🌱 Y elige palabras que alimenten, no que duelan.
Porque lo que sale de tu boca… también entra en tu vida.
¿Te resuena este tema?
¿Alguna vez una palabra te marcó para bien o para mal?
Te leo en los comentarios… Y si este artículo te ha hecho pensar, compártelo con alguien a quien quieras cuidar con tus palabras.
Con cariño,
Paqui Pérez – Alma Valiente