No me falta amor, me falta presencia

Hay una energía que puede levantarnos de golpe.
Que nos recarga con solo una mirada, una palabra, una caricia.

Y es la misma que, si falta, puede hacernos caer sin aviso.

La energía que viene de nuestra gente más cercana:
la pareja, los hijos, los padres, los hermanos, esa amiga que es más que amiga.

No hace falta que estén siempre.
No hablamos de dependencia.
Hablamos de presencia emocional.
De esos gestos que no se explican con la mente, pero el alma los entiende.

¿Por qué, si sé que me quieren, me siento así?

Porque aunque la cabeza sepa que nos quieren,
aunque sepamos que están ocupados, cansados, liados con sus cosas…
el cuerpo y el corazón sólo sienten energía.

Y si esa energía falta, lo notamos.
La vitalidad baja.
La emoción se nos viene abajo.
La sonrisa se nos apaga un poco.

No es drama.
No es necesidad mal entendida.
Es simplemente humano.

Incluso cuando somos bebés, buscamos el calor de mamá para sentirnos seguras.
No razonamos. No analizamos. Sentimos.
Y en el fondo… esa parte de nosotras sigue igual de viva hoy.

A las mujeres fuertes también se les vacía el depósito

No lo decimos.
No lo pedimos.
Seguimos sonriendo, ocupándonos, cuidando, resolviendo…

Pero cuando esa persona que más amamos no está, no llama, no aparece…
aunque sepamos que nos quiere, algo dentro de nosotras se desinfla.

Porque no es cuestión de amor. Es cuestión de presencia.
De saber que estás en su pensamiento.
De sentir que te miran incluso cuando no estás frente a ellos.
De que te digan: «No necesitabas nada, solo quería verte.»

Y lo más curioso es que, cuando esa persona aparece…
basta con un ratito, una mirada, una frase sincera,
para que todo se recoloque dentro de ti.

No somos robots emocionales

Nos han dicho que no podemos depender de nadie para estar bien.
Que tenemos que bastarnos solas.
Que la felicidad está dentro.

Y sí… eso está muy bien en teoría.
Pero en la práctica, la verdad es que nos necesitamos.
Sobre todo cuando hay vínculo, cuando hay amor de verdad.

Porque cuando una mujer quiere de corazón, también espera y desea presencia.
Y eso no es egoísmo.
Eso es humano.

Una invitación desde el alma:

💭 ¿Quién es esa persona que más te recarga cuando está?
💭 ¿Y cuándo fue la última vez que le dijiste lo mucho que lo necesitas, incluso cuando estás bien?

Y al revés:
💭 ¿A quién estás queriendo, pero sin estar presente?
💭 ¿A quién podrías enviarle un mensaje hoy que le cambie el día?

🌸 En Alma Valiente creemos en esto:

En la importancia de nombrar lo que sentimos.
En cuidar la energía de quienes más queremos.
En darnos cuenta de que incluso los corazones más alegres, también se vacían.
Y que no hay nada más bonito que recargarnos con amor del bueno.

✨ Si esta reflexión te tocó el alma…

💌 Compártela con esa persona que es tu vitamina emocional.
💬 Déjame un comentario o escríbeme en privado si quieres compartir tu experiencia.
🌱 Y si alguna vez te sentiste bajita de energía, aquí tienes un espacio para recargarte.

Con cariño,
Paqui Pérez – Alma Valiente

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