
¿Te ha pasado que, sin darte cuenta, te quedas atrapada en todo lo que no funciona?
Últimamente, hablando con amigas, me doy cuenta de que muchas personas se enfocan casi siempre en la parte negativa de su vida. Y claro, es cierto que todas hemos pasado (y pasaremos) por momentos difíciles. Pero incluso mientras vivimos lo duro, hay cosas maravillosas que merecen nuestra atención… y que muchas veces no vemos porque el foco está en lo que nos duele.
A mí, sin embargo, muchas me dicen que se me da “muy fácil” ver lo bueno. Y no, no siempre fui así.
Un día que lo cambió todo
Como siempre digo, siempre hay alguien que nos enseña, que nos ayuda, y en mi caso ese “alguien” fue una amiga.
Recuerdo un día en el que yo estaba muy, muy negativa. Todo lo que decía llevaba una carga de queja y pesimismo. Entonces mi amiga me dijo algo que me sacudió:
«Todo lo que me acabas de decir, conviértelo en positivo.»
Me quedé pensando… y aunque al principio me costó muchísimo, empecé a intentarlo. Tomaba cada mala situación y le daba la vuelta, buscando qué parte buena podía encontrar. Poco a poco, eso me animaba y me ayudaba a ver las cosas desde otro ángulo.
El músculo del enfoque positivo
Aprendí que cambiar la forma de ver la vida no es algo mágico que sucede de un día para otro. Es como ir al gimnasio: necesitas tiempo, atención, y repetir el ejercicio una y otra vez. Rectificar cuando vuelves a caer en lo negativo, y volver a intentarlo.
Con el tiempo, esta práctica deja de ser un esfuerzo y se convierte en tu manera natural de pensar. Yo ya no hablo de “problemas”, sino de “retos”. Y aunque la vida no se vuelve perfecta, sí se vuelve más ligera.
Disfrutar del camino
Todo pasa. Lo bueno y lo malo. Y todo, absolutamente todo, es imprescindible para nuestro crecimiento.
Por eso, vivir disfrutando del proceso es uno de los mejores regalos que puedes hacerte. No se trata de negar lo que duele, sino de darle un lugar también a lo que alegra.
Porque al final, el secreto no es esperar a que pase la tormenta, sino aprender a bailar bajo la lluvia.
Mini ejercicio: “Dale la vuelta”
1️⃣ Escribe tres cosas que hoy te estén molestando, preocupando o entristeciendo.
2️⃣ Debajo de cada una, busca un ángulo positivo: algo que hayas aprendido, una oportunidad que se haya abierto, o incluso un detalle pequeño que suavice la situación.
3️⃣ Léelo en voz alta y siente cómo cambia tu energía.
4️⃣ Repite cada día (aunque sea con una sola situación) hasta que tu mente empiece a hacerlo de forma automática.
💡 Recuerda: al principio cuesta, pero como cualquier músculo, con práctica se fortalece.
Y ahora te pregunto…
¿Qué situación de tu vida podrías “darle la vuelta” hoy?
Me encantará leer tu experiencia en los comentarios o en nuestra comunidad Alma Valiente, donde cada día entrenamos juntas el músculo de la mirada positiva. 💖
🌱 Y si alguna vez te sentiste bajita de energía, aquí tienes un espacio para recargarte.
Con cariño,
Paqui Pérez – Alma Valiente